Friday, 17 de May de 2024


+ Oscar, agente undercover de la CIA + Obama: cine, política, manipulación




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Justo cuando la confirmación de John Brennan como nuevo director de la CIA se ha detenido en el Senado por su papel en asesinatos políticos autorizados por la casa Blanca, la first lady Michelle Obama anunció la mejor película ganadora del Oscar: Argo, basada en una operación exitosa de un agente de la CIA.  

 

Desde mediados del siglo pasado el cine ha sido atravesado por la política, el poder y la lucha ideológica. La cacería macartista de brujas en Hollywood (1950-1956) en busca de comunistas aplastó la creatividad y condicionó el desarrollo del cine. En el 2010, en la 85ava. entrega de los Oscar la Academia prefirió premiar a Kathryn Bigelow por The Hurt Locker, una película que narraba las peripecias de un escuadrón de bombas en Irak defendiendo la libertad, en lugar de la película Avatar de James Cameron --por cierto esposo de Bigelow-- porque contaba los daños de una invasión criminal de poderosos a una comunidad local, una especie de metáfora de los EU en Irak y Afganistán.

 

 

Por ello la presencia de la señora Obama no fue casualidad ni parte del show business cinematográfico, sino parte de una operación de relaciones públicas de la Casa Blanca para mostrar que la acción clandestina de la CIA en Irán con Argo puede ser exitosa para los intereses de los EU. Si se aplica la malicia se puede establecer la relación: Hollywood no premió Zero Dark Thirty, de Bigelow, porque conflictuaría la nominación de Brennan por el operativo de asesinato contra Osama bin Laden, una polémica asentada ya en el Senado.

 

 

La premiación de los Oscar tuvo como contexto el conflicto que tiene sumida a la administración Obama en una polémica dañina para su discurso humanista: el uso de los aviones no tripulados conocidos como Drones para operaciones de ataques contra zonas militares pero con altos daños colaterales en civiles e inclusive niños muertos. Uno de los arquitectos de los Drones ha sido precisamente Brennan, uno de los más duros asesores de Obama en materia de antiterrorismo y hoy nominado director de la CIA con nombramiento congelado en el Senado.

 

 

El guión de la película Argo, cuya premiación con el Oscar fue anunciada sorpresivamente por la first lady Michelle Obama, se basa en el caso del agente de la CIA, Tony Méndez, al frente de un operativo especial y secreto en 1979, durante la crisis de los rehenes que derrotó la reelección del presidente Jimmy Carter y permitió el ascenso de Ronald Reagan como la parte culminante de la guerra fría. La operación de Méndez para rescatar a seis estadunidenses refugiados en la casa del embajador de Canadá fue exitosa, mientras la operación militar para tratar de rescatar a los casi cien rehenes en la ocupada embajada en Teherán fracasó por una tormenta en el desierto.

 

 

El debate actual en la comunidad política de los EU se está dando en el aspecto criminal del uso de los Drones para atacar posiciones enemigas sin arriesgar tropas pero con daños colaterales enormes y el papel de la CIA y la lucha antiterrorista de Obama casi similar a la de George W. Bush: violación de los derechos humanos, utilización legalizada de la tortura e incumplimiento de los derechos constitucionales y asesinato autorizado por el gobierno contra estadunidenses que formen parte de células de Al Qaeda.

 

 

De ahí que la Casa Blanca necesitaba un golpe de efecto que ayudara a lavar un poco el rostro de la CIA y la encontró en la rocambolesca película Argo, basada en la operación Tony Méndez, un agente de la CIA experto en disfraces. La presencia de la first lady en la presentación de Argo como la mejor película premiada --parte culminante de la ceremonia de la entrega de los premios Oscar-- se convirtió en una maniobra de relaciones públicas a favor del papel de la CIA en acciones ofensivas para salvar vidas de ciudadanos estadunidenses.

 

 

La confirmación de Brennan como director designado de la CIA está congelada en el Senado, junto con la de Chuck Hagel como secretario de Defensa. Brennan fue sometido a un durísimo interrogatorio en el Senado por su papel en la definición de una política antiterrorista agresiva y similar a la de Bush y por su relación con operaciones para asesinar presuntos antiterroristas sin juicios legales. La confirmación de Brennan también ha servido para airear el uso de Drones en operaciones militares activas que han matado no sólo presuntos terroristas sino civiles y niños en muchas partes del mundo.

 

 

Al justificar los asesinatos, el Departamento de Justicia elaboró un documento revelado por la NBC --texto íntegro en http://www.estadoyseguridadnacional.mx/images/PDF/zona-cero/2013/02-febrero/zz-2013-02-13.pdf-- para explicar las razones, circunstancias y “marco legal” para usar la “fuerzas letal” en “un país extranjero fuera de las zonas de hostilidades activas”. Este documento ha obstaculizado aún más la confirmación de Brennan como director de la CIA.

 

 

En este contexto se percibe que la presencia de la first lady de los EU en la pantalla de la ceremonia de la entrega de los Oscar --no estuvo en Los Angeles sino que se trató de un enlace televisado desde la Casa Blanca.-- no fue parte de los planes de frivolidad de Obama para tratar de humanizar el cargo de presidente del país más poderoso de la tierra sino que formó parte de una operación política para maquillar el rostro de la CIA; así, la Casa Blanca estaría dando a la CIA el premio al mejor make up del año, justo cuando la CIA se encuentra en el centro de operaciones clandestinas con asesinatos autorizados por Washington.

 

 

La presencia de la Casa Blanca en la ceremonia de los Oscar dejó mal parada a la Academia porque la first lady no hubiera entregado el premio a la película de Bigelow sobre el asesinato de Osama bin Laden --tema central de Zero Dark Thirty-- ya que en la película se demuestra que los datos sobre la localización del líder terrorista se obtuvieron vía la tortura que autorizó George W. Bush y que revalidó Obama, un tema que la Casa Blanca quisiera ocultar.

 

 

Al final, los Oscar se redujeron a un acto político a favor de la política antiterrorista de la Casa Blanca.

 

 

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